En líneas generales podemos considerar el origen de las haciendas, en las “villae”romanas o alquerías musulmanas, dedicadas a las labores agrícolas.
Pero fue con la reconquista del Rey Fernando III, cuando comenzaron a adquirir su verdadero sentido. Era por esa fecha cuando, aparecen los primeros documentos, con las donaciones o repartimientos, que los Reyes hacen a la nobleza, al clero y altos cargos públicos, en agradecimiento a su ayuda en la reconquista, o por otras causas, más o menos como ahora, siempre se da algo a cambio de algo (la naturaleza humana no cambia).
Estas tierras estarán dedicadas al cultivo del olivo, cereales y vid.
Las haciendas se irán enriqueciendo y adquiriendo mayor importancia.
En el siglo XVIII alcanzan más esplendor, debido al precio del aceite y el jabón, en las colonias se prohibieron las plantaciones de olivos y vid. Aquí también se temía a la competencia.
Ya no sólo eran viviendas agrícolas, los propietarios, vivían en ellas, para controlar las labores del campo.
Un caso representativo fue Palomares del Rio, el pueblo- hacienda, Palomares se encuentra en el cruce de caminos entre Mairena del Aljarafe (pedanía de esta villa hasta 1639) Almensilla ,independizada de Palomares, en 1837, San Juan de Aznalfarache y Coria del Río.
Desde el siglo XVII el casco urbano de este pueblo conserva la misma estructura, a diferencia de otros pueblos del Aljarafe:
- casco urbano
- seis haciendas
- la iglesia, mudéjar del siglo XIV
- y alrededor las viviendas de los braceros
Solamente una de las haciendas ha desaparecido por completo, la de San Antonio, o, Las Cadenas, probablemente la más antigua, posiblemente del siglo XIV.
Aún se conservaba algo de la hacienda, que fue demolida para construir un bloque de viviendas. Constaba de, dos plantas con una curiosa escalera, que daba acceso a la planta superior, en cuyas ventanas se conservaban azulejos, alizares en forma de U, del siglo XVII, la clásica decoración de dibujo geométrico en azul cobalto y blanco estaño.
El patio central, con pozo medieval, un lavamanos, un abrevadero para los animales y un lagar con arquerías de clara influencia mudéjar. También quedaban restos de la capilla.
Bueno, pues de todo esto solo queda la bodega, Las cadenas donde venden un mosto exquisito y ricas tapas.
Como el tema es interesante, creo, continuarnos en otros capítulos.
Ana Marzal Moreno
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