4 de febrero de 2013

LAS COSAS QUE SE PERDIERON II

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Hace pocos días estaba leyendo una entrada estupenda de mi compañera de Guadalinfo en su blog El útil marcapáginas. Trataba sobre la restauración de la capilla del Palacio de San Telmo (aquí), antiguo Seminario Metropolitano, donado por los duques de Montpensier y en origen Escuela de Mareantes; después de tan largo periplo al final es sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía, que ha hecho un magnífico trabajo de restauración en todo el edificio. 


Bueno pues leyendo la entrada me vino a la memoria recuerdos de, cuando bastante pequeña iba con mi tía y mi madre a visitar a un primo que estaba en el seminario.
Ya sólo entrar por esa puerta era para mí acceder a un mundo fantástico, me asombraba ver tantos seminaristas con sotanas negras y las becas rojas; no sé por qué los asociaba con unos escarabajos negros que, si se les molestaba soltaban un líquido rojo espeso, les llamábamos curitas, quizás sea por eso. 


Este palacio tiene unos jardines preciosos, con una extensa variedad de árboles. Recuerdo que mi primo enseñándonos los jardines y pasando por delante de uno de ellos, nos dijo: “éste es el árbol del chicle”.
Al escuchar estas palabras dibujé en mi mente un árbol enorme, cargado de chicles “Bazoka”, que era la marca más conocida por entonces, chicles redondos, gruesos, de un sabor muy dulce y un bonito color rosado, ¿os imagináis un árbol así?, precioso, ¿verdad?, y de lo más apetecible. 


Con el pasar de los años no he olvidado esta anécdota, prueba de la inocencia infantil que ojalá siguiésemos manteniendo al ser adultos, seguro que todo iría mejor, y tuve la curiosidad de conocer el nombre del árbol: se llama Manilkara Zapota ó Chicozapote.

4 comentarios:

  1. ¡Qué rico estaba el Bazooka!. Era mi chuchería preferida.

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  2. nunienlanaturaleza.blogspot.com4 de febrero de 2013, 20:37

    Fantástica entrada, cuántos recuerdos de esos tiempos, a donde llega la imaginación cuando se es pequeño.

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  3. ¡ Qué tiempos!
    Que bien que disfrutemos recordando.

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  4. Tengo también muchos recuerdos del Palacio de San Telmo siendo seminario. Muy bonita entrada.

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